jueves, 23 de abril de 2009

Y el ocio es la madre de todos los vicios

Ok, esto si va llendo de picada. Mi pequeña carrera actoral no va mal, pero la escuela y mi vida en general se está consumiendo. Mi problema, la pereza. Si, esto podría sonar a broma, pero, sorpresa!, no lo es. La escuela, va malísima, hasta en clase de drama se me va la cabeza, postergo, postergo demasiado. Dejo todo a último momento, aveces ni siquiera a último, simplemente lo dejo ir. Tareas, trabajos, y ahora exámenes, jamás juego videojuegos, pero una vez que pruebo uno, pasa mucho tiempo para que mi voluntad de dejarlo obtenga la victoria. Y es que es una cadena!, si no hago algo un día, trataré inutilmente de hacerlo al próximo día, pero entonces ese día será perdido también, no quiero sentir que me pudo la escuela, que me quedó grande, por que conozco mis facultades, no es por exagerar, pero me reconozco alguien GRANDE, si me lo propongo. Y esque no necesito motivación alguna. Simplemente se trata de agarrarme bien los pantalones. Por ahora estaré en ayuno mental, de internet en exceso (no diré que lo dejaré completamente, por que en la lista de cosas por hacer, está recuperar mi constancia en el blog). Vamos, si hasta trataré de dejar el porno, el sexo para llevar ( dicese sexo de ocasión, por lo general con casi desconocidos.) y otros momentos de ocio que sé que me matan las neuronas. Si el novio tiene que llegar, llegará, y si no... Pues no. En fin, esa fue la reflexion de hoy, ahora en resumen de lo que ha pasado, me han dicho que vaya a un grupo de adolescentes gays, de esos grupos que solo son para socializar, me han invitado, de hecho, desfilar en el desfile (valga la redundancia) del pride gay. Conocí a una chica, llamada gabriela, chateamos todos los días, hace casi una semana, me dijo que le atraigo. La veré el 28 de mayo. Hoy durante mi clase de fotografía, tome un rollo completo de 36 fotos de estudio, y al final, resultó que ni una foto salió bien, nisiquiera se tomó, ya que mi maestra pusó el rollo en el modo equivocado, quizá algo flojo. Por lo cual, se regreso la película al carrete... A empezar de nuevo! Mi escena de película que escogí para representar ya sufrió un cambio de compañera, la película es mexicana, llamada efectos secundarios ( si, bo tare, la que te recomendé que no se si viste) este lunes la presento sin haberla ensayado. Un beso, lector!

lunes, 13 de abril de 2009

Y llego el día del bajón, punto. (después de días sin terminarlo, aquí está!)

Me siento peor que una basura, peor que una basura en estado de descomposicion. Ese es el resumen de mi sabado. Y los estragos del domingo. Debía de haber llegado algo que me bajara de la nube, algo que pudiera destrozar el muro que había construido. Y lo peor, es que no llegó como me esperaba que llegara, llegó con otra cara. Engañando, escondiendose entre una máscara. Y yo esperaba recibir daño, cualquiera que fuera la cantidad, pero yo esperaba "recibirlo". Cuán fue mi sorpresa, y el nudo en el pecho, al darme cuenta, de que lo que yo esperaba, ya me había encargado yo mismo de hacerlo, a otra persona. Y no a cualquier persona, si no a aquel con quien crecí. A una de las personas más importantes en mi vida. El se llama Eduardo. Después de haber pasado con el casi Mi niñez,de haber crecido juntos.... de haber contado con el en los mejores y peores momentos de mi vida, me equivoqué, me aleje de el, por miedo a una realidad que ya me había alcanzado, es difícil describir nuestra amistad/relación, ya que éramos más que hermanos, éramos uno solo. Pero me aleje, ignorandolo a el, a sus sueños, a cuanto me necesitaba. Yo ya había obtenido de el lo mas que pude... Y egoístamente me aleje sin pensar en el. Pasaron cerca de tres años. Me olvide de el, lo había borrado de mi ser. Y nunca supe cuando el sufría, o cuando me necesitaba, por que aunque sabía su teléfono y dirección, jamás pensé en llamarle, mucho menos en visitarlo. El me buscaba y yo lo evitaba, escudandome con un "la gente cambia, y yo cambie." Creo que el peor daño que le pude hacer, fue el hecho de buscarlo meses antes de venir a vivir a Toronto, y como un idiota, fingí que no había pasado nada, esperaba que el estuviera igual que tres o cuatro años antes... Y lo estuvo, el era igual, el me mostró cariño. Pero seguí ignorando el tiempo que estuve ausente. Hace días, cayó la razón sobre mi cabeza, y el pecho me dolió, dolió con culpa. El, finalmente, me habia expresado esa ausencia. Y me dolió. Me dolió el no haber estado ahí cuando el lo necesitó, cuando el quería hablar como lo hize yo alguna vez. Sé que no habrá palabras que puedan sanar, pero hoy, aún en la distancia, quiero estar ahí para el, no por enmendar o remediar lo pasado, pero para recuperar una amistad que jamás debió de deteriorarse. Una amistad de la cual hay que presumir. Una amistad con la que creciste.